AFECTO...RESPETO...AMISTAD... EN CORAZONCITOS DE AMOR...

Cuando amamos desde el nivel del AFECTO que ya no admite polaridad es porque hemos encontrado las personas (inevitablemente muy pocas) que satisfacen enteramente nuestra necesidad de entrega en la relación de pareja, no porque las creamos dueñas de todas las perfecciones, sino porque sabemos aceptarlas con sus limitaciones y ponderamos en el justo valor sus cualidades.

En estas condiciones, nada que haga o deje de hacer, logra variar la aceptación que de ellas tenemos. Imaginemos el bienestar que se desbordaria en un hogar en donde cada uno de sus miembros, estuviese amando desde EL AFECTO, deseosos de servir con profunda dedicación a cada uno de los seres que componen ese núcleo familiar. Cesarían todas las rivalidades y se disfrutaria del don mil veces deseado pero muy raras disfrutado...LA PAZ.

Sin embargo, encontramos que EL AFECTO no puede ser dispensado indiscriminadamente sino sólo a quienes nos nace hacerlo desde la profundidad de nuestro ser. Es la condición de la verdadera amistad, tan escasa en las relaciones humanas, incluída en la relación de pareja.

EL AFECTO...pués, como sublimación del amor, es exclusivo para algunos, por lo cual, no llega todavia a satisfacer la profundidad de la enseñanza de Jesús :

EL AMOR UNIVERSAL.